TECNOBLANDAS
Investigación sobre las tecnologías relacionales desde las artes y las ciencias sociales

  1. Marco conceptual
  2. Objetivos
  3. Antecedentes de la investigación
  4. Proceso de investigación (2015-17)
  5. Un punto y seguido (con un punto de autocrítica)

Un punto y seguido (con un punto de autocrítica)

Hasta aquí llega esta primera fase de investigación de TECNOBLANDAS. Mirando retrospectivamente, lo conseguido no es poco y hay que celebrar y poner en valor los logros. Pero también tenemos que analizar los límites materiales e inmateriales con los que nos hemos encontrado, para en adelante, en este u otros proyectos, tratar de superarlos.

TECNOBLANDAS ha pretendido ser una investigación colectiva de carácter teórico-práctico articulada en varias partes: 1) el desarrollo de un cuerpo teórico, 2) una serie de experimentos específicos y 3) un repositorio de metodologías y aplicaciones prácticas. Al final, en este tiempo hemos sido capaces de avanzar en poner unas buenas bases de lo primero y activar algunos casos sueltos de lo segundo. Pero nos quedamos con la sensación de que probablemente lo urgente, lo interpuesto, lo sobrevenido, nos ha marcado excesivamente la agenda (unas marcas que en realidad nos hemos puesto nosotras mismas) y ha precipitado y desbordado nuestras propias capacidades de gestión e investigación.

También desde el principio hemos deseado hacer partícipes en TECNOBLANDAS a personas y entidades de ámbitos diversos. Involucrar en una misma investigación a agentes que habitualmente no interactúan (artes, ciencias sociales, ingeniería, management, humanidades, universidad, movimientos sociales, centros tecnológicos…). A la vez que poníamos en marcha la investigación, hemos pretendido activar una red de socias y colaboradoras investigadoras. Solo hemos llegado a dibujar esa red y a activar algunas relaciones entre nodos, sin llegar a conseguir establecer relaciones o implicaciones fuertes. Y es que igual, pretendiendo ser transversales y queriendo entrecruzar miradas e intereses diversos respecto a “lo tecnológico”, nos hemos quedado en tierra de nadie, en un territorio consensual que no hemos conseguido que resultase suficientemente motivante para ninguna de las partes interpeladas.

Por otra parte, quizá en todo el proceso de investigación ha tenido demasiado peso nuestro propio proceso interno. No hemos sabido equilibrar bien las fuerzas. Hemos pretendido activar más formatos y relaciones de los que luego hemos sido capaces de abarcar. Nos hemos desgastado planificando y poniendo las bases de la investigación y no hemos tenido suficientes recursos para sostener una estructura de investigación tan ambiciosa como la que habíamos diseñado. Conseguir y movilizar los recursos necesarios para desarrollar TECNOBLANDAS tal cual la habíamos diseñado nos ha resultado imposible e incluso, de haberlo logrado, puede que hubiese terminado asfixiando nuestras pequeñas estructuras organizativas.

Probablemente el mayor escollo lo hemos encontrado en nosotras mismas, en la parte de los cómos. Estos nos han supuesto bastantes conflictos, que hemos sabido resolver mejor o peor (como por ejemplo sobre la genealogía del proceso, la gestión y distribución de capitales económicos y simbólicos de la investigación, el tipo de licencias para los contenidos generados, el cumplimiento de los plazos temporales acordados…), y que han puesto sobre la mesa la pertinencia de la propia investigación. Al final, en gran medida, en el trabajo en colectivo surgen problemas ideológicos, diversidad de expectativas sobre el proceso común, mayor o menor posibilidad de ajustar el compromiso a la realidad de cada cual, y desencuentros relacionales entre lo profesional y lo personal que no estamos suficientemente preparadas para abordar constructiva, propositiva y positivamente (o el hacerlo supone excesivo “rozamiento”). ¡Tenemos mucho que (des)aprender! En este sentido, hemos sido una especie de conejillos de indias de nuestra propia investigación y no siempre resulta sencillo ni conveniente ser agente investigador e investigado.

Por todo esto, ahora necesitamos poner este punto y seguido. Un punto desde el que renovar fuerzas, coger aliento y gritar ¡¡LARGA VIDA A TECNOBLANDAS!!